lunes, 21 de septiembre de 2009

OBSERVACIÓN DE 891 EJEMPLARES DE ONCE ESPECIES DE CETÁCEOS

La migración de pajarillos por la mar nos transportó
a la campiña inglesa.

El 16 de septiembre embarcamos en Santurtzi setenta y cuatro entusiastas en busca de otra nueva aventura marina. También nos acompañaba como formidables testigos un equipo de televisión de Dígital +. En esta ocasión las previsiones del tiempo no eran nada halagüeñas. Una “Gota fría” que puso en alerta naranja al norte peninsular y la incesante lluvia caída la noche anterior, nos hizo temer una travesía pasada por agua. Sin embargo, y aunque parezca paradójico, a medida que nos dirigíamos al norte, huíamos de las nubes cargadas de agua e incluso disfrutamos de sol el primer día.

Este buen tiempo se materializó con vientos flojos del NW F2-3 que hizo que tuviéramos una mar carente de los característicos “borreguitos” que dificultan la localización de los cetáceos. Y eso lo comprobamos, al de media hora de partir, con un grupo de una docena de Delfines mular.

Al llegar al borde de nuestros barrancos, a las inmediaciones de las profundidades abisales de más de 4.000 metros, aparecieron, como lo han hecho durante todo el verano, los omnipresentes Zifios de Cuvier. Conseguimos ver y disfrutar de tres ejemplares. También, y en estas aguas oceánicas, nos cruzamos con grupos mixtos de Delfines listado y común y se vio saltar a lo lejos una Ballena picuda de varias toneladas de peso.

Zífio de Cuvier

Delfines listado

Sin embargo entre el plantel de ornitólogos el mayor disfrute se produjo con las aves pelágicas entre las que destacaron, por sus buenas observaciones, las pardelas capirotada y las gaviotas de Sabine. En una ocasión se observó a un par de Págalos parásito atacar a otras tantas de estas gaviotas americanas. También se vieron las primeras gaviotas enana de la temporada y cómo un Cernícalo vulgar volaba potente rumbo Sur y con sesenta millas naúticas aún por delante.

Pardela capirotada

Este día tuvimos una interesante tregua de viento hasta las cinco de tarde, cuando roló a NE F5-6 y vimos que era el preludio de lo que nos esperaba al día siguiente ya en el Canal. Pero antes de anochecer nos visitaron en el barco un par de Papamoscas gris, Lavanderas blanca e incluso petirrojos que parecían presagiar la llegada de un pequeño frente de agua y viento que decoró la mar con un collage de colores amarillo-grisáceo precediendo a la puesta del sol.

Al día siguiente amanecimos poco antes de doblar la isla bretona de O´uessant. El viento del NE soplaba con fuerza y venía de proa. Pero la mar “de viento” que levantaba olas de más de un metro apenas movía el barco. Aunque este viento si nos perjudicó a la hora de observar la fauna del canal… sobre todo los cetáceos, que no conseguimos localizar.

Sin embargo los paíños sí nos tuvieron entretenidos. Vimos más de un centenar de ejemplares y pudimos identificar los abundantes comunes y media docena de Leachs. También destacaron, por su número, los págalos grande y gaviotas tridáctila, así como algunos fulmares y Arao común. Este día entramos al atardecer a Portsmouth. Mientras nos acercábamos a su canal de entrada nos cruzamos con un crucero, que de lejos parecía el “Queen Mary” pero que resultó ser por su tamaño algo parecido al “Bloody Mary”.

Tras llegar a tierra y tomar algunas pintas en un local cercano a la terminal, embarcamos de nuevo una hora antes de la media noche, momento en el que partimos de nuevo a la mar. El viento, esta vez de popa, y la corriente nos llevó en “volantas” durante toda la noche amaneciendo cinco horas antes de abandonar el Canal… Esta tercera jornada, como viene siendo habitual, nunca defrauda. Fue literalmente increíble. Se vieron nueve especies de cetáceos sólo durante este día.

Los observadores comenzamos a subir a cubierta un cuarto de hora antes de amanecer. La primera sorpresa de la jornada nos la llevamos en la cubierta superior. Al ver descansando bajo la luz de dos focos media docena de pájaros terrestres de tres especies: Lavanderas boyera, lavanderas blanca y collalbas gris.

Lavandera boyera

Y es que el barco se convirtió durante todo el día en el punto de reunión de más de una decena de especies de aves terrestres en migración activa. Ésto hizo que nos transportásemos durante unos instantes a la campiña inglesa: petirrojos, colirrojos reales, Zorzal común, bisbitas, mosquiteros musical, golondrinas común, Curruca capirotada… las mariposas Vanessa atalanta y Colias crocea en pase también contribuyeron a ello y nos hacían dudar de que estuviéramos tan alejados de tierra. En una ocasión se observó a una Collalba gris capturar en vuelo a una pequeña mariposa mientras iba rumbo sur. Pero donde a más de uno le temblaron las canillas fue al descubrir posado en una barandilla a la esquiva Buscarla pintoja.
Aguja colipinta
Golondrina común

Zorzal común

Lavandera blanca

Mosquitero musical y Colirrojo real

Colirrojo real macho

Colirrojo real hembra

Mosquitero musical

Buscarla pintoja

Como bien indicó Luis Aleixos, seguro que cuando alguno de la media docena de petirrojos llegó a tierra y se encontró con otro congénere le espetó… “no veas el pase de ornitólogos que había en la mar”.

Petirrojo

El viento del NE fue amainando poco a poco hasta desaparecer por completo. Tanto que incluso los veleros tuvieron que echar mano del motor para poder navegar. Antes de abandonar el Canal nos entretuvimos con los espectaculares alcatraces pescando junto a un grupo de delfines mular, con un Rorcual aliblanco que pasó al costado y se lució con un salto fuera del agua y con las esquivas marsopas… que con su escaso tamaño pasaron desapercibidas a más de uno.

Alcatraz

Rorcual aliblanco

Sin embargo las aves marinas no defraudaron. Los paíños de Leach y común se dejaron ver muy bien con los telescopios, y un par de Wilson hicieron las delicias cuando, con su característico vuelo de crucero, delataron su presencia. También el vuelo potente de los fulmares, págalos pomarino, Pardela pichoneta y sombría, gaviotas tridáctila y los muy abundantes págalos grande.

Pero donde comenzó la locura marina fue al doblar O´uessant y adentrarnos al Golfo de Vizcaya. El trayecto de este barco rumbo a Santurtzi hace que navegue por las ricas aguas de la plataforma francesa y bordee durante varias horas los barrancos marinos, donde afloran los numerosos nutrientes que llenan de vida estas aguas. Y vaya si “alucinamos”.

Al de dos horas de abandonar el Canal… empezamos a ver grupitos de marsopas. La mar en calma, como un plato en el que no se movía ni una ola, favoreció que se encontraran sin dificultad una veintena de estos pequeños cetáceos.

marsopas

Numerosos grupos de Delfines mular y calderones de aleta larga y una pequeña manada de 8 Calderones gris nos hicieron correr por la cubierta hasta agolparnos en la popa para ver sus altas y oscuras aletas dorsales, las gaviotas de Sabine y las incesantes cargas de los delfines común nos tuvieron muy entretenidos hasta llegar a los profundos barrancos marinos.

Calderón de Aleta Larga

Delfines mular

Y fue llegar… y disfrutar como locos con lo que aconteció aquí. Una impresionante manada de delfines común dejó la boca abierta a más de uno. Probablemente eran más de medio millar de ejemplares avanzando imparables en la mar…. Abarcaban una extensión de más de seiscientos metros de largo por un centenar de metros de ancho. Todo estaba lleno de delfines. La mar se oscurecía a su paso.

Delfines común

Lo más alucinante fue lo que ocurrió apenas once minutos después y durante seis minutos. Es uno de esos comportamientos de etología que fascinan a propios y extraños. La vida y la muerte. La lucha por la supervivencia…

Un grupo de apenas una decena de ejemplares de Calderones de Aleta Larga nadaban tranquilos cuando a lo lejos una impresionante aleta dorsal de dos metros de alto… una Orca sin duda, avanzaba a gran velocidad hacia los calderones. Nadaba sin sumergirse con la aleta sobresaliendo totalmente fuera del agua. Otros compañeros del barco no vieron sólo esa, sino que vieron otra más que nadaba de igual manera y mucho más a la derecha.


Nos extrañaba ese comportamiento porque es sabido que los calderones plantan cara a las orcas y estás les tienen pánico. Pero lo que realmente estaba pasando es que había un grupo de aproximadamente diez ó quince ejemplares de Delfín mular que nadaban en medio de los dos grupos… pero extrañaba no verles huir en estampida de sus fatales enemigos. Lo que hicieron fue nadar rápido hacia el barco, se acercaron a los calderones con quienes interaccionan habitualmente.

Las orcas querían mantenerles separados. Nosotros vimos dos aletas, probablemente había más debajo del agua haciendo otros cometidos… como los lobos cuando acosan a sus presas. Pero los delfines probablemente optaron por no huir, conscientes que hacerlo era la sentencia de muerte para el más débil del grupo, optaron por buscar la protección de los calderones.

Este comportamiento, nunca lo había observado con anterioridad. Los ingleses vieron lo mismo pero el al no ver huir a los delfines pensaron que no eran orcas. Sin embargo fuimos unos cuantos los de nuestro numeroso grupo los que vimos la aleta de más de dos metros de un enorme macho. Y comprobamos lo inteligentes que son estas hermosas criaturas.

Cuando después de las emociones vividas creíamos que ya el día tocaba a su fin aparecieron los primeros grandes soplos del segundo ser más grande que existe. El Rorcual común, aunque sólo vimos el gran lomo de una de ellas. Pero fueron la media docena de cachalotes los que provocaron las ovaciones a bordo cuando sacaban sus cuadradas y enormes colas al calarse a las profundidades.

Cachalotes

Pero cuando pensábamos que ya nada podía sorprendernos, quedaba ver el “triste” espectáculo que ofrecen a la concurrencia, y por la noche, en la discoteca del barco. También fuimos fieles testigos de ello. Y como colofón cantamos el nuevo himno… un tema de Elton John que viene como “anillo al dedo”. “I guess that´s why they call it the blues” (por qué nos llamais TRISTES).

Así que solo me resta decir a mi amor Yolanda Ozaeta, Jus Pérez, Unai Fuente, Oscar Llama… lo dicho sois trillizos, Marco Escudero, las hermanas Amparo y Sandra Martínez, Mari José Márquez, Yasmina Annichiariararararico, Natalia Franco, Miguel Rey, Antonio Xende y, el muy crecido, Anxo Xende, Agustín Egaña, Mercedes Abad, Jose Maria Salazar, buen ornitólogo y mejor pintor, Juana Vilches (…al final cayeron), Milagros Rial, Montserrat Gorria, el máquina de Carlos Gutierrez y Beatriz Ramos… ay! esa Andalucía y su clima, Maria Reyes Grau… o es Sonia?, Luis Aleixos Alaponteloszapatos, Andrés Requejo y sus hormonas, Jose Miguel García, Francesc Giro (un placer y un lujo), Adolfo Cadiñamos, Joseba Torre siempre al quite, Concha Morena, Jesús Ramos, Javier Ferreres in extremis, Javier Ardanaz, Alvaro Diaz, Antonio Lastra, Jesús Blázquez, Marina Alonso, Ramón Martín gracias de corazón, Ignacio Pontón, Jose Miguel Martinez y van cinco, Carmen Freira, Javier Sinovas y este año vino, Jose Antonio López… cantando bajo la ducha, Andrés Bermejo todo por sus chicas, Fernando Sanchez-Biezma, Yolanda De La Sierra… esos ojazos!, hombre Ibarguchi, Gerard Stuckle, Maria Angel Pascual, Jesús Manuel Antón, Ana Jesús Baquero, Beatriz Martín, Oscar Echevarría, Francisco Santamaría, Ruth Layana, Oscar Carazo Calamón, Fernando Guerrero, Ricardo Pérez, Perujo, Marika Zattoooooooni, Alessio Fariooooooooooooli, Marta Josa y sus fotos de tristes, Kalo y su criaturita, Jose Agustín Narbaiza y en liga volvemos a ganar, Jose Luis Rivas, Angela García, Teresa Del Campo, Javier García-Oliva un placer, Jorge Fernandez pintoja, Enric Morera, Jaume Morera y Jaume Aldoma un lujazo los tres, Sonia y Manuel Fernández y el “güevon” de Javier Gallego… Señooooooooooores estoooooy muy orgulloso de todos ustedes.

Un saludete

Gorka Ocio

martes, 15 de septiembre de 2009

NUEVE ESPECIES DE CETÁCEOS EN UNA SINGLADURA DE ZIFIOS DE CUVIER Y GRANDES VELEROS


El jueves 10 de Septiembre partimos del puerto vizcaíno de Santurtzi un grupito de personas provenientes de Tolosa y de la ciudad alicantina de Villajoyosa, dispuestos a exprimir al máximo la nueva singladura marina de Santurtziko Baleak. Además partimos con la premisa de que nunca hay dos aventuras iguales.

Salimos del superpuerto sin contratiempos con mar en calma y viento flojo del NE F2-3. Sin embargo la visibilidad no era la deseada del todo, aunque divisábamos sin dificultad a 5 millas de distancia. La costa aparecía como un espejismo ante nuestros ojos. Y en estas circunstancias apareció entre la neblina una Carabela, La Nao. Es en estas situaciones y conociendo de primera mano la dureza de la mar, cuando admiro un poquito más a aquellos aventureros que se atrevían a cruzar “el charco” en aquellas embarcaciones.


Mientras nos adentrábamos a la mar nos cruzamos con un grupo de 48 cormoranes grande rumbo sur, y una manada de una treintena delfines mular que presagiaba una buena jornada. Y la fue. Vimos un total de cinco especies de cetáceos, entre los que destacó, por su abundancia y buenas observaciones, la decena de los raros Zifios de Cuvier.



Cormoranes grande

macho Zifio de Cuvier

Dos imponentes veleros decoraban el horizonte hasta que aparecieron las ballenas, los rorcuales común, el segundo ser mas grande que existe sobre la tierra apareció en las zonas de máxima profundidad marina. Vimos tres ejemplares, dos de ellos cerquita del barco, donde los verticales resoplidos y los inmensos lomos me siguen poniendo la piel de gallina. Las cargas de los delfines listado y la aparición de las anchas aletas dorsales de los Calderones de aleta larga completaron una jornada intensa de cetáceos.


En aves marinas, tampoco decepcionó en absoluto. Sobre todo porque no teníamos un viento, que digamos, lo mejor para las aves marinas. Los vientos de componente Este, el que viene de la costa francesa, barre la mar hacia el interior del Atlántico. Sin embargo, una mar con muchas sergueras y “bitxetakos” de Atunes blanco (Bonitos del Norte) nos indicaban que había comida en abundancia.

Rorcual común

Calderón de Aleta Larga

Y donde hay comida, hay fauna. Así, al de dos horas de partir vimos grandes balsas de pardelas tanto de capirotadas, como grupos mixtos de cenicienta y sombría. Al fin, conseguí avistar mi primera Pardela Baroli (chica) de la temporada. Págalos grande, buenos grupos de alcatraces juveniles, algo más de una veintena de Gaviotas de Sabine, Charranes común y ártico nos tuvieron entretenidos.

Balsas de pardelas

Sin embargo son las aves terrestres, las que más sorprenden a nuestros nuevos aventureros alicantinos y tolosarras. Verlos tan alejados de tierra, y en algunos casos unos pájaros tan pequeños como un Carricerín común. En una de las ocasiones un juvenil de Cormorán grande visiblemente agotado optó por posarse en el barco… y lo hizo en medio de la gente en la cubierta de babor (izquierda). Y aquí es donde se ve la cultura de no agresión a los animales de los ingleses. Un pasajero, con pinta de armario empotrado, lo cogió con la delicadeza que se puede coger un ave con semejante pico y lo puso enseguida en libertad.

Cormorán grande

Después de una romántica puesta de sol, nos despedimos hasta la mañana siguiente. El viernes amanecimos pasada la isla bretona de O´uessant… y eso que tuvo que venir un helicóptero al anochecer para desalojar a un pasajero de avanzada edad. El tiempo era malo… mucho viento de E-NE F6-7 que levantaba olas y hacían borreguitos. Esta ola si bien no movía en absoluto el barco, si hacía poco viable la localización de los cetáceos más pequeños, como las marsopas. Aunque algunos fulmares y págalos sí se dejaron ver.


Así que decidimos disfrutar de las comodidades del barco y aprovechar el tiempo, en ampliar nuestros conocimientos con una amena charla fotográfica con los cetáceos y aves marinas que pueblan nuestras aguas. Tras llegar a Portsmouth y tomarnos unas pintas observando la “fauna” local, embarcamos de nuevo en el Pride ya de vuelta.

El tercer y último día amanecimos como estaba previsto cinco horas y media antes de volver a doblar O´uessant, para adentrarnos al Golfo de Bizkaia, rumbo a los barrancos marinos franceses. El viento de componente Este seguía soplando con intensidad para ir amainando a medida que avanzaba el día y haciendo que la navegación fuese muy cómoda.

Antes de llegar a O´essant se observaron como viene siendo habitual, grupos de paíños común y Leach, fulmares, págalos grande, parásito y pomarino, Gaviotas argéntea y sombría, y los gigantones gaviones... también un pequeño grupo de chorlitejos grande con un Correlimos común. Sin embargo los cetáceos brillaban por su ausencia, hasta que doblamos O´uessant y todo cambió de manera radical.


Y es que apenas una hora después se vieron los primeros grupos del cetáceo más pequeño, las marsopas… pero es que mientras nos acercábamos a las postrimerías de los barrancos marinos y en apenas una hora, disfrutamos como locos de cinco especies de cetáceos… además de las marsopas, vimos delfines común y mular, Rorcual aliblanco y una hembra de Orca.

Indudablemente la observación de orcas es lo más estimulante y gratificante del ferry. Todos los que estábamos en cubierta, tanto nosotros, como los holandeses, franceses e ingleses, tuvimos un subidón de adrenalina en cuanto cantamos en inglés y castellano… uno de los mamíferos más formidables que existe….ORCAAAAA…. KILLER WHALEEEEEE.


Antes un pequeño resoplido arbóreo y una aleta dorsal alta y oscura nos tuvieron en vilo durante unos minutos, hasta que al final salió totalmente fuera del agua y se le vio la característica mancha blanca del costado. El éxtasis de la jornada fue cuando empezó a dar grandes saltos fuera del agua para caer de costado y levantar una gran ola. Este comportamiento lo repitió media docena de veces.

Durante el resto del día las cargas incesantes de los más de 450 delfines comunes que vimos en grupos de tres y veinte ejemplares nos tuvieron muy pendientes de lo que acontecía en la mar. Ellos y la hembra del Cernícalo vulgar que se nos acercó, la Paloma mensajera que se posó en cubierta y a la que dimos agua, las golondrinas común que hicieron un alto en su migración y los formidables números de las gaviotas de Sabine que con 173 ejemplares contabilizados… hacen que este día sea inolvidable.


Un saludete

Gorka Ocio